Dedicado a la cartomagia y al juego desde la edad de catorce años. Ha participado en varias asociaciones mágicas, Asociación de Magia y Prestidigitación de Murcia A.M.I.P. y Cercle Belge D´hilusionisme. En la A.M.I.P. desempeñó el cargo de vicepresidente durante varios años, encargándose de la formación de los aspirantes a cartómagos. Cómo Cartómago, ha impartido conferencias a profesionales sobre cartotahurismo, trampas hechas en el juego por el tahúr.
En su faceta como jugador profesional, ha mantenido durante 34 años bancas permanentes, (cabecera), del tradicional juego del Monte, en las provincias de Alicante, Murcia, y Córdoba. Durante años gestionó bancas de juego al siete y medio y a los montones. Juegos que en la década de los setenta fueron muy populares, y en los que se jugaban grandes cantidades de dinero. Asimismo, ha jugado durante largos periodos de tiempo en mesas de contrapartida, sobre todo a los juegos de Giley y Póker, éste último a mediados de la década de los 80, antes de la popularización del Póker Texas Hold'em, en distintos países europeos como Francia, Bélgica y Portugal.
Mi relación con el mundo de las cartas se remonta al año 1975. A la edad de 13 años ya frecuentaba las timbas en las que se cruzaban grandes apuestas, siendo éstas el único lugar en el que se podía jugar a juegos de banca. En esa época todavía no se había legalizado el juego en España, se hizo en 1978, y la totalidad del mismo, mucho más importante que en la actualidad, pasaba por este tipo de locales. Las partidas de aquella época eran desorbitadas en todos los aspectos, tanto en el número de jugadores participantes como en la cuantía de las apuestas efectuadas, así como en su duración. Muchas de ellas superaban con creces, las cuarenta y ocho horas de juego ininterrumpido. Juegos como el Siete y media, con algunas variaciones que lo convierten en apto para grandes partidas, los Montones, y el Monte, rey de los juegos de banca españoles, eran habituales a diario. Asimismo, eran también frecuentes los juegos de contrapartida, predominando el tradicional Giley andaluz sobre otros tan importantes como el Póker.
En estos treinta y cinco años la vida en España ha experimentado un espectacular cambio en todos los aspectos, también en la forma de divertirse, en la actualidad el juego fuera del ámbito legal es poco menos que testimonial, habiendo perdido la importancia que tuvo antaño. Otras muchas formas de divertirse han venido a sustituir al juego de azar, esta diversidad no ha erradicado sin embargo el juego de azar entre los más jóvenes, existiendo en la actualidad un importante repunte en cuánto a adicciones en franjas de edades cada vez más bajas. En mi juventud las opciones para divertirse eran escasas limitándose la oferta a la dicotomía futbol o juego de azar.