Las máquinas de mezclado continuo, (CSM continuous suffling machine), fueron introducidas en el mercado en el año 2000 por Shuffle Master, su objetivo prioritario era proteger a los casinos de los contadores de cartas. Su primera máquina mezcladora llamada "the king", era anunciada diciendo que era la peor pesadilla de un contador de cartas. Según esta empresa...
Las ventajas ofrecidas a los casinos son las siguientes:
- Eliminación de los jugadores especializados en el conteo de cartas.
- Mayor rapidez del juego debido a una reducción del tiempo de barajado, ya no es necesario barajar entre el final de un sabot y el principio del siguiente.
- Ahorro de material para el casino, ya que sólo se emplean 4 en lugar de las 6 barajas del sabot tradicional.
- Añadimos a estas ventajas una menor posibilidad de efectuar trampas por parte de los croupier, (colusión con algún compinche), aunque esta ventaja no nos compete como jugadores.
Las desventajas para el jugador son:
- Para el jugador profesional imposibilidad de aplicar un sistema de conteo de cartas tipo Hi-lo, ya que la forma en que barajan estas máquinas impide el que se puedan formar grupos de cartas al azar. Además las cartas no se "queman", (desechan), ya que vuelven a reintegrarse al juego cada poco tiempo.
- Para el jugador ocasional y de estrategia básica presentan la desventaja de que incrementan la velocidad de juego en aproximadamente un 20 %, lo cual hace que a largo plazo el dinero del jugador se vea más veces expuesto a la ventaja de la banca. No obstante, hay que decir que la ventaja de la banca se reduce mínimamente con el empleo de estas máquinas, pero esto es compensado al jugar un mayor número de manos por hora.
Aunque no es tan evidente en mi opinión el casino también se ve perjudicado por estas máquinas...
Desventajas para los casinos:
- Alto coste de compra se dice que estas máquinas pueden llegar a costar hasta 15.000 euros.
- Alto coste de mantenimiento, las roturas son caras pues son máquinas delicadas que requieren de mano especializada.
- Alta dependencia de la empresa suministradora para el mantenimiento y reparación.
- Croupier menos formados, nada que ver con los que existían en los años ochenta, al depender más de las máquinas se requiere un mano de obra menos especializada, devaluándose el rol del croupier.
- Menor interacción entre croupier y jugador, éste se convierte a su vez en una máquina.
- Cambio del ambiente de la mesa, la pérdida de tiempos muertos por ausencia del barajado la convierten cada vez más de un espacio de convivencia, a una máquina tragaperras.
- Continuas quejas de los jugadores respecto a las CSM.
- Perdida del número de jugadores. El jugador pierde la sensación de que puede defenderse e interactuar con el juego, el Blackjack siempre ha sido considerado como un juego de habilidad.
Desde hace casi quince años se produce en España un lento, pero inexorable cambio en la imagen de los casinos que han quedado reducidos poco menos que meras timbas recaudatorias.
- Falta de selección del cliente, atrás quedan los tiempos cuando se exigía un mínimo de etiqueta en el vestir o en el comportamiento.
- Pérdida progresiva de los grandes juegos que han de identificar y dan clase a un casino como son la Ruleta francesa y el Baccarat.
- Aumento descontrolado de máquinas electrónicas de todo tipo que los convierten en salones de máquinas recreativas.
- Pérdida progresiva y alarmante en la formación de los croupier, en fín que los seguimos llamando casino porque de algún modo hay que llamarlos.
Funcionamiento de un CSM: El aparato tiene una presencia imponente, es totalmente negro y opaco, (es fundamental que el proceso de mezcla sea claro, transparente y visible para todos los jugadores). Está además equipado con un lector óptico, (CMOS), y un software de reconocimiento de naipes. Esto último es negado por los casinos a pesar que puede verse tanto en la página web del fabricante, como en la patente presentada en su día por la empresa. El fabricante alega que este lector óptico se usa para contar las cartas y comprobar que no falta ninguna, pero ¿para que necesita el casino contar los naipes si en este juego el jugador no puede ni siquiera tocarlos?
Este secretismo en cuánto a su funcionamiento tanto por parte del fabricante como por parte de los casinos hacen sospechar al jugador de que se puedan usar ilícitamente: El lector óptico capaz de reconocer en un microsegundo tanto el valor como el palo de una carta podría usarse para seleccionar las cartas y colocarlas a voluntad en los estantes del carrusel?, la verdad es que su opacidad no ayuda a desterrar esta sospecha.
El proceso de barajado que se hace actualmente en las mesas de Blackjack es un atropello al sentido común y va contra las normas más elementales de equidad, del azar y del juego justo. Una vez mezclada una baraja ésta ya no debe tocarse hasta la finalización de la misma. El azar determina la posición de los naipes unos con respecto de los otros y a quien será favorable, si a la banca o al jugador. Ambos han de tener las mismas oportunidades y la banca ha de conformarse con su margen o ventaja matemática. Así era antes de la aparición de estas máquinas, en la actualidad se reparten cartas y se van colocando en el contenedor de descartes, (discard tray), cuando se ha repartido más o menos el equivalente a una baraja, se cogen y se colocan en la máquina para volver a mezclarse con el resto de los naipes que quedan en la máquina, con lo que una carta que acaba de descartarse puede volver a entrar en juego a la siguiente mano.
Como puede verse, esencialmente un CSM consta o bien de sistema de ascensor compartimentado en los que se van metiendo naipes a medida que sube o baja, o bien como en el caso de la fotografía de la izquierda, de un carrusel con la misma finalidad. De este modo las cartas se distribuyen por los compartimentos que albergan de diez a doce naipes impidiendo que sea el azar quien determine la posición de cada naipe e impidiendo que las figuras se puedan agrupar en una zona determinada. Decir que el carrusel gira en los dos sentidos y que los naipes no se van colocando en contenedores sucesivos, si no que éstos se presentan de forma aleatoria a la embocadura por donde les llegan los naipes, es decir no es un proceso lineal. Así mismo a la hora de repartir los naipes el carrusel o ascensor presenta aleatoriamente uno de los compartimentos a las manos del croupier.
Si tecleamos en Google patent Shuffle Master Inc., (comprada por Bally technologies), encontramos numerosas peticiones y concesiones de patentes respecto a los CSM:
De un tiempo a esta parte los Casinos han introducido en España las máquinas de mezclado continuo en las mesas de Blackjack. Esto supone para el jugador un grave perjuicio, ya que introducir aleatoriedad, (factor azar), de forma permanente en el juego va contra la esencia del mismo. Este hecho convierte al Blackjack poco menos que en una máquina recreativa.
La mayor preocupación para los casinos desde el establecimiento del conteo de cartas en los años 60 por el profesor de matemáticas Edward Oakley Thorp, ha sido eliminar este tipo de jugador.
Contar las cartas no es hacer trampas, sino usar lícitamente unos conocimientos, al igual que hace el casino. Se trata de una estrategia de juego consistente en evaluar el interés de las cartas que quedan por salir del sabot, que el jugador puede seguir si sus capacidades se lo permiten. Por contra el uso de una máquina de este tipo que atenta contra la misma esencia del juego, desnaturalizándolo, sí que puede considerarse trampa, por mucho que esté autorizado por la Comisión Nacional del juego.
En suma, mientras los casinos no retiren esta aberración, la mejor defensa del jugador responsable es no acercarse a una mesa de Blackjack.