El farol o bluff es una estrategia de juegos de envite como el Poker o el giley en la que subimos la apuesta sin tener jugada y a diferencia del semifarol, sin tener posibilidad de obtenerla, con la esperanza de que no nos igualen la misma y hacernos con el bote.
Es un arma de doble filo, ya que si un oponente nos acepta la apuesta con seguridad perderemos. Es una estrategia de la que no se debe abusar solo se debe de hacer en contadas ocasiones cuando esté muy justificado y por supuesto no se debe de mostrar jamás, ya que si es posible nos debemos de crear fama de no farolear. A tener en cuenta que en las mesas de juego es más frecuente de lo que pensamos, quien farolea constantemente no puede ser un jugador profesional, siendo precisamente la frecuencia con que se hace un farol uno de los parámetros que nos ayudan a identificar a los novatos o primos de la partida. No obstante, el farol hecho con sentido de la oportunidad y con las condiciones necesarias es un distintivo del jugador profesional.
Para que un farol sea efectivo debemos tener en cuenta una serie de variables:
- No deben de quedar muchos jugadores en juego, ya que si el número de éstos es amplio es muy probable que alguno de ellos nos acepte la apuesta. A lo sumo dos jugadores, ya que la posibilidad de ganar es inversamente proporcional al número de jugadores.
- Ninguno de los jugadores presentes en la mano debe haber subido la apuesta.
- El pot o bote no debe de ser muy grande, ya que de lo contrario la cuantía económica se convierte en un motivo para aceptarnos la apuesta.
- Si estamos jugando al Poker Texas Old'em las cuatro cartas sobre la mesa, (flop y turn), deben dar la impresión de que es factible que tengamos juego, pero sin ser obvio que los demás puedan tenerlo a su vez. Por ejemplo: supongamos que en la mesa están presentes estas cuatro cartas J Q K A es posible que los demás jugadores piensen que tenemos el 10 y que hemos ligado una escalera, con lo cual se cumple la primera condición, pero no se cumple la segunda ya que con toda seguridad algún jugador ya tendrá ligado algo. Por tanto, si hacemos un farol con estas cartas sobre la mesa es muy posible que nos lo vean.
- Para hacer un farol, debemos ser los últimos en hablar, ya que de esta manera evitamos que el o los jugadores posteriores a nosotros puedan tener jugada o que nos contra farolee.
- Nunca se debe farolear contra un jugador eufórico, bien porque esté ganando, porque esté bebiendo o porque esté jugando en una mesa en las que las apuestas son muy bajas con respecto a lo que está acostumbrado a jugar. Con toda probabilidad nos verá el farol y perderemos la mano.
- No se debe hacer un farol si nos han cogido en uno anterior en al menos una o dos horas de juego, y jamás contra el jugador que nos cogió el farol.
Nunca debe enseñarse un farol, además de ser una descortesía hará a los jugadores más susceptibles y posiblemente en el siguiente nos cogerán. Como norma jamás se deben de mostrar las cartas ni cuando son ganadoras ni cuando son perdedoras para evitar que nuestros contrarios puedan hacerse un perfil a nuestro respecto. Si tenemos por costumbre mostrar las cartas cuando ganamos, cuando hagamos un farol y no las mostremos, nuestros oponentes sacarán en conclusión que tenemos un farol, lo que equivaldría a mostrarlo directamente.
Una de las variables para decidir si es apropiado o no hacer un farol es el conocimiento del adversario, contra un jugador perdedor el farol tiene más probabilidades de salir airoso. Contra un jugador alegre es más difícil ganar de farol.