Durante la II República Española, periodo comprendido entre el 14 de abril de 1931 y el 1 de abril de 1939, llegaron a España Daniel Strauss de origen judío holandés y Perlowitz. Strauss con pasaporte mexicano, hablaba perfectamente español. Ambos patentaron una ruleta fraudulenta compuesta de trece números. Este ingenio permitía mediante cálculos saber en que número caería la bola. A la ruleta en cuestión se la denominó straperlo, acrónimo derivado de la unión de parte de los apellidos de sus inventores. Se estrenó el aparato por primera vez en la ciudad de La Haya, a consecuencia de lo cual Daniel Strauss fue expulsado de Holanda. Posteriormente intentaron introducir, sin éxito, esta ruleta en los casinos de Ostende y Niza, al no conseguirlo, se establecieron en Barcelona donde tampoco obtuvieron permiso del gobierno de la Generalitat dirigido por entonces por Lluis Companys.
En esa época, los juegos de azar estaban prohibidos en España, tras sus sucesivos fracasos, Strauss contactó en 1934 con miembros del gobierno, por entonces formado por el Partido Radical Republicano, de Alejandro Lerroux y una confederación de partidos de derechas, la CEDA, de José María Gil-Robles, exponiéndoles la idea de explotar una ruleta eléctrica de su invención de la que el gobierno sacaría buen provecho.
La idea fue muy bien acogida por los políticos, de modo que en el mes de junio de ese mismo año, llegaron a un acuerdo para su explotación en el casino de San Sebastián, en el que apenas estuvo en funcionamiento tres horas, ya que se presentó la policía que clausuró la partida. Posteriormente, Strauss consiguió otra licencia para explotar su invento en el Hotel Formentor de Mallorca, lugar en el que tampoco pudo hacerlo. A cambio de hacer valer sus influencias a la hora de conseguir la autorización, varios personajes en la órbita del partido Radical Republicano cobrarían un porcentaje. Siguiendo la versión del propio daniel Strauss, estas comisiones quedaron fijadas de la siguiente manera:
Alejandro Lerroux recibiría el 25 por ciento de los beneficios.
Joan Pich i Pon, un diez por ciento. Este último, para asegurarse la cooperación del ministro de la Gobernación Salazar Alonso, se había comprometido a entregarle 100.000 pesetas. Pich i Pon fue alcalde de Barcelona en 1935, fue famoso por sus dislates lingüísticos, hasta el punto de que hoy es aceptado el término piquiponada como sinónimo de disparate. Aurelio Lerroux, (sobrino de Alejandro Lerroux), Miguel Galante y el periodista Santiago Vinardell, un 5 por ciento.
La ruleta resultó ser un auténtico timo, ya que podía ser controlada por medio de un botón eléctrico que ponía en marcha un ingenio de relojería que hacía que la bola cayera a voluntad en el número deseado por la banca, con lo que las ganancias de la misma eran prácticamente un robo.
Durante dos años fue motivo de encendidos debates en el parlamento y de sonados escándalos denunciados por la prensa de la época.
Finalmente fue cerrada por la policía tras demostrar que era fraudulenta.
El caso de corrupción salió a la luz debido a la denuncia que hizo el propio Daniel Strauss ante el mismísimo Presidente de la República Alcalá-Zamora, al negarle Alejandro Lerroux la indemnización exigida por él, tras ser retirada la licencia para la explotación de la ruleta straperlo.
Este escándalo supuso el derrumbe del Partido Radical Republicano y el fin de la II República, hecho que tuvo lugar en febrero de 1936, acabando con el denominado "bienio negro". Tras celebrase elecciones generales, éstas fueron ganadas por el Frente Popular.
Este garandioso escándalo relacionado con las trampas en el juego de azar y la corrupción en la política, supuso el principio del fin de la Segunda República. Es posiblemente el primer caso de mafia, (relación entre la delincuencia organizada y el poder), en España. Sería un caso más de corrupción sin importancia de no ser porque la caída de la Segunda República conllevó el golpe de estado y la posterior trágica y lamentable guerra entre hermanos, así como un retroceso de casi cincuenta años en el desarrollo de España.
El tema fue ampliamente cubierto, como no podía ser menos, por la prensa nacional e internacional. En los siguientes enlaces pueden verse algunas de las noticias publicadas en su día con relación al caso.
Periódico La Libertad, 26 de octubre de 1935
Periódico La Libertad, 27 de octubre de 1935, 1
Periódico La Libertad, 27 de octubre de 1935, 2
Periódico La Libertad, 29 de octubre de 1935, 1
Periódico La Libertad, 29 de octubre de 1935, 2
Periódico La Vanguarda del siglo XX, 29 de octubre de 1935
A partir de este escándalo, la palabra estraperlo quedó como sinónimo de chanchullo o negocio fraudulento, (véase DRAE), por extensión se aplicó al comercio ilegal de bienes intervenidos por el estado o sujetos a racionamiento, impuesto por el régimen de Franco desde 1936 a 1952.
El escritor e historiador Marc Fontbona, recoge este hecho en su libro “Historia del juego en España”, Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2008.
Otro autor, José Carlos García Rodriguez hizo un minucioso estudio del escándolo en su libro "El caso Strauss. El escándalo que precipitó el final de la II República".
ISBN 978-84-936725-0-8 Editorial Akrón, Astorga, 2008
Para ampliar la información:
Los archivos de la época han sido digitalizados en 2012 por el Ministerio de Educación Cultura y Deporte.
Las fotografía de los periódicos de la época fueron realizadas por el fantástico fotógrafo madrileño "Alfonso".