A partir del siglo XVI, encontramos en la literatura española, sobre todo en la picaresca, numerosas referencias a un personaje ficticio al que la tradición atribuye la invención de los naipes, Vilhán o Villán. Son numerosos los autores que hacen referencia al mismo, así por ejemplo, Miguel de Cervantes en su novela Rinconete y Cortadillo pone en boca de Rinconete cuando es preguntado por Monipondio sobre lo que sabe hacer con los naipes:
"Yo -respondió Rinconete- sé un poquito de floreo de Vilhán (1); entiéndeseme el retén; tengo una buena vista para el humillo; juego bien de la sola, de las cuatro y de las ocho; no se me va por pies el raspadillo, verrugueta y el colmillo; entróme por la boca de lobo como por mi casa, y atreveríame a hacer un tercio de chanza mejor que un tercio de Nápoles, y a dar un astillazo al más pintado mejor que dos reales prestados".
Otro de los textos en los que se cita a este personaje, corresponde al dramaturgo Juan de la Cueva, se trata de un largo poema compuesto de cuatro libros titulado "De los inventores de las cosas" (2) publicado en 1607, (aunque estuvo inédito hasta el año de su publicación en el Parnaso español de López de Sedano en 1778). Juan de la Cueva atribuye la invención de los naipes a Vilhán, y compara el daño causado por los naipes con los causados por la pólvora.
Bilhán nacido dentro de Barcelona de umildes padres, i plebeya gente (según dize el Autor que dél escrive) fue solo el qu'en el mundo dio principio a la invención de los dañosos Naypes. i por ella acabó devidamente en poder de unos fieros vandoleros, en un pozo por ellos ahogado i plugiera al divino i justo Cielo qu'el Nombre i la invención, i horrible vida justamente acabaran aquel punto, sin qu'el tiempo guardara su memoria ni la de aquel ministro del Infierno que introduxo la Pólvora en el mundo, para tanto terror, i tanto daño de la Natualeza, que se quexa de la ofensa tan grande que recibe. |
Notas:
1- En el siglo XVI las manipulaciones con cartas eran llamadas "floreos", a tener en cuenta en esta novela de Cervantes la doble intención del autor al titularla, pues "cortadillo" era el nombre de un floreo, (trampa). El conocimiento de Miguel de Cervantes sobre el mundo del juego ha llevado a numerosos estudiosos a preguntarse si éste no era en realidad un tahúr, pues sus conocimientos sobre trampas no se limitan a la mera enumeración de sus nombres según puede deducirse de sus obras, si no a un conocimiento mucho más profundo de técnicas que en realidad eran ocultas para la inmensa mayoría de la población. No hay que olvidar tampoco que la primera impresión del Quijote y de las Novelas ejemplares, se debió a Francisco de Robles, propietario en su casa de Madrid, (en la puerta de Guadalajara), de "un juego de naipes público", (garito), según consta en un auto de la Sala de Gobierno de los Alcaldes de Casa y Corte, fechado el 14 de noviembre de 1617.
2- El poema se conserva en la Biblioteca nacional de Madrid en un manuscrito autógrafo.