Por estar tan profundamente arraigado en el comportamiento humano, el juego y los instrumentos que permiten su práctica han sido desde la más remota antiguedad representados por todas las formas de arte. En las ruinas de Herculano se encuentran magníficos ejemplos de mosaicos y frescos representando esta actividad humana. En la sociedad romana eran muy frecuentes los juegos de dados, habiéndose encontrado numerosos vestigios de estos objetos fabricados en materiales tan diversos como el marfil, la madera, y el vidrio. Según nos dice Victor Du Blé en su magnífica obra "Histoire anecdotique et psychologie des jeux de cartes, dés, échecs", en la antigua Grecia las tabas eran consideradas símbolo de la infancia, de su gracia e inocencia, mientras que los dados fueron consideraros símbolo del azar y la incertidumbre. Otro
ejemplo artístico de lo arraigados que estaban estos juegos lo encontramos de nuevo en las magníficas ruinas de Pompeya y Herculano, donde se han encontrado algunos frescos representando a la Diosa Medea en el momento de matar a sus hijos. Estos son colocados por el artista a los pies de su madre, jugando inocentemente a las tabas bajo la atenta mirada de su preceptor. El original se atribuye al pintor Timomaco de Bizancio del siglo IV ante de Cristo, quién lo pintó cien años después de que Eurípides escribiera la tragedia en la que se nos narra este hecho. En esta hermosa pintura el artista no eligió como hicieron otros pintores en siglos posteriores el impactante momento del asesinato de los niños, si no que prefirió retratar la vida interior del personaje, el momento de la duda de la madre, la indecisión, la
terrible lucha entre la arrolladora pasión y el sentido común.
Otras manifestaciones artísticas más modernas, también se han hecho eco de la pasión del hombre por el juego. Aunque no es muy común, la escultura ha rendido también tributo a esta pasión. El prestigioso escultor y diseñador Fletcher Vaughan ha creado una escultura que quiere representar la lucha de la actual sociedad industrial contra la naturaleza. Se trata de un castillo de naipes compuesto por láminas de aluminio cortadas con láser. El monumento mide 4 m. de alto por 3,4 m. de largo. Fue instalado en el golfo de Hauraki en la isla de Waiheke, (Nueva Zelanda). La escultura llamada "Collapse" se encuentra al antojo de las fuerzas de la naturaleza, lo que transmite la sensación de que puede desplomarse en cualquier momento, incluso hay naipes desparramados por el suelo simulando ese desplome. Otro arquitecto y diseñador, en este caso brasileño, Mauricio Arruda, basándose en el mismo concepto creativo, y aprovechando lo extendido que está en la imaginación colectiva la imagen de un castillo de naipes como algo inestable, ligero y fácilmente destruible, juega, no sin cierto humor, con esta imagen preconcebida al diseñar una mesa cuya vista en una primera impresión nos trasmite inestabilidad, sin embargo, en la práctica es capaz de soportar pesos de hasta 250 Kg. La mesa está construida con planchas de acero de 4 mm. de espesor cortadas con láser. Cada placa, a escala 13:1 lleva impresa un naipe al azar, por lo que, al montarlas, cada una de las mesas se convierte en una pieza única. La imaginación de los artistas no tiene límites, de modo que podemos encontrar numerosos ejemplos en el campo del diseño de muebles, como forma de acercar los naipes a nuestras vidas. Buenos ejemplos serían las lámparas de Nick Sayers hechas con naipes como si de un origami se tratara, o los sillones realizados con multitud de barajas usadas, que además de creatividad, nos proponen el reciclaje responsable de miles de barajas desechadas en los casinos.
Otras manifestaciones artísticas en el que se reproducen o bien los naipes como tal o escenas que los incluyen son las porcelanas del siglo XVIII Y XIX. Desde tiempos tempranos los naipes han sido elegidos como ornamentos en distintas artes debido a su valor plástico o simbólico, siendo un elemento decorativo tradicional de las denominadas naturalezas muertas y más aún de los trampantojos. La idea de reproducir naipes en trampantojo sobre un plato de cerámica nació en Delft. En el siglo XVIII los naipes fueron usados como objeto único para crear verdaderas composiciones sobre platos de porcelana fina de las más importantes fábricas francesas tales como Moustiers, Sanceny y Lille. Estas porcelanas se popularizaron durante el siglo XIX. Fábricas francesas de porcelana fina tan importantes como Creil et Montereau o Choisy le Roi las incluyen entre sus afamadas creaciones de porcelanas decoradas.
Las imágenes superiores ordenadas cronológicamente de izquierda a derecha, se corresponden con:
- Bol Italiano de la primera mitad del siglo XV, está fabricado en porcelana Sancai, que en chino significa literalmente "tres colores". Se trata de una técnica de decoración en cerámica china con tres colores, marrón, verde y crema o blanco. Esta porcelana está particularmente asociada a la Dinastía Tang. Se encuentra en el museo del Louvre en Paris.
- Plato de porcelana policromada del siglo XVIII, el modelo de los naipes es el de Lyon. Se encuentra en el Mussé Français de la carte à jouer en Issy Les Moulineaux, Francia.
- Plato policromado con borde contorneado decorado al fuego. Data aproximadamente de 1760-70, tiene un diámetro de 25 cm.
Los platos pertenecen a series de cuatro, cada uno de ellos decorado con siete u ocho cartas de un único color. Estas cartas representan la dieciochoava parte de un juego de Piquet, completando los cuatro platos la baraja completa de 32 cartas o francesa. La iconografía de los naipes está unida a la de los retratos de Paris, (portrait de Paris), según la cual el nombre del naipero, en este caso Mouton, está inscrito en un medallón sostenido por el valet de tréboles. La flor sostenida por la dama de tréboles es sustituida por un abanico a partir del siglo XVIII. En este plato se puede constatar que el pintor esmaltador ha seguido escrupulosamente el modelo del naipero. Se encuentra en el Palais des Beaux Arts de Lille, Francia, y proviene de la antigua colección de J. Houdoy. Inventario C 433. - Plato de porcelana policromada de 36 cm. de diámetro fabricado por Creil et Montereau, data del siglo XIX.
Actualmente todavía pueden encontrarse platos de porcelana policromada, aunque basados en el diseño surrealista que hiciera el célebre decorador italiano Piero Fornasetti en 1950.
Enlaces:
https://es.wikipedia.org/wiki/Sancai