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shellgame Espero que disfruteis de la lectura de la traducción que he hecho del "Sharp and flat" de John Nevil Maskelyne.

He liberado también todo el apartado de técnicas cartomágicas. Proximamente liberaré otras lecturas igual de interesantes para que continúeis profundizando en este apasionante mundo de la cartomagia y del tahurismo. Un abrazo.

                                                                      Antonio.

 

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PREFACIO

Presentando las siguientes páginas al público, no he perdido de vista un serio propósito. A pesar de que en algunos párrafos pueden encontrarse algunas palabras en broma, mi objetivo ha sido particularmente serio. Este libro tiende a puntualizar un problema moral, y a presentar un problema social. La moral es obvia, el problema es ético, pero tal vez, sólo sea otra forma de decir algo diferente.
En el campo de la ética, quienes probablemente ejercen mayor influencia sobre la humanidad son el filósofo y el político. Sin embargo, por extraño que parezca, tanto en la política como en la filosofía, hay poco que pueda considerarse como conocimiento común. Cada político o filósofo mantienen opiniones diametralmente opuestas a las de algún otro político o filósofo; Aparentemente, nunca ha existido, político o filósofo alguno que admitiese que sus rivales estuvieran familiarizados con el hecho de que dos y dos sumen cuatro. Demasiado, para el dogmatismo.

Sin embargo, en el orden natural de los acontecimientos, deben existir cosas que incluso un político pueda entender. Tal vez no demasiadas, pero algunas al menos. De igual forma, deben existir cosas que incluso un filósofo no pueda entender, demasiadas cosas.
Tomemos como ejemplo el asunto de las trampas. Tano el político como el filósofo están interesados ​​en el origen del crimen, su desarrollo y los medios para su prevención. Ahora bien, incluso un político puede comprender que un hombre que tenga la posibilidad de incrementar sus ganancias, tomará el fraude o trampa como medio de apropiarse de la propiedad de los demás, con poco esfuerzo de su parte. Al mismo tiempo, me atreveré a decir que ni siquiera un filósofo puede dar una razón adecuada para el hecho de que algunos hombres hayan dedicado una considerable cantidad de energía, trabajo, perseverancia e ingenio a ganarse una vida precaria en los caminos de la chicanería. La mitad de los cuales, si se orientaran a caminos legítimos, servirían para situarlos en una posición tanto de opulencia como de respeto. En mi opinión, la única hipótesis que de alguna manera explica este hecho, es que algunos hombres nacen para el crimen. Es su destino, y están obligados a cumplirlo.

Si esta hipótesis representa o no la solución al problema es un argumento sobre el cual me alegra permitir que otros opinen, sin necesidad de entrar en contiendas. Sólo me preocupan los hechos, tal y como los conocemos, hechos claros e inconfundibles acerca de la existencia del fraude y las trampas, a escala gigantesca. Los recursos disponibles para su incremento se hacen día a día más numerosos, mientras que los medios para su prevención son cada vez más escasos e inadecuados.

He pasado buena parte de mi vida luchando contra la superstición, la credulidad y la astucia en todas sus vertientes. Ha sido un trabajo de autoestima. A veces he llorado, por decirlo de algún modo, por verdades tan obvias que parecía innecesario llamar la atención sobre ellas, sin embargo, esto no me ha impedido encontrar incrédulos. Una y otra vez, el tiempo, valedor de todas las cosas, ha confirmado sin excepción mis declaraciones. A pesar de ello, todavía algunos prefieren confiar en la palabra de un charlatán o un impostor en lugar de aceptar una sencilla relación de hechos palpables. Es curioso, pero, sin embargo, verdad. Es magnífico, pero no es sentido común. Afortunadamente, aunque hay algunos, no abundan.

La experiencia demuestra que el desconocimiento del público con respecto a las capacidades del fraude es el factor principal en todos los problemas relacionados con cualquier tipo de engaño. Si el público en general conociera más al respecto, no existirían los numerosos charlatanes que florecen en nuestro medio. Por tanto, autoimpuesta tarea ha sido siempre esforzarme por enseñar al público, e iluminar a aquellos que realmente buscan la verdad en entre las nocivas y perennes malas hierbas de la farsa y el engaño. Me alegra decir que hasta cierto punto he tenido éxito; Pero todavía queda mucho por hacer.

Este libro, no es pues sino otra piedra, en un edificio construido con el fin de mostrar al mundo la verdadera naturaleza de aquellas cosas que no son realmente lo que aparentan, y la existencia de aquellas prácticas con las que el hombre medio no está familiarizado.

Aunque el resultado práctico inmediato de este libro pueda ser nulo, no me deprimiré por ello. Me daré por satisfecho si sirviera en cierta medida para abrir los ojos a las autoridades, así como advertencia a los jugadores en general. Recomendándolo al público con esta reflexión, con la esperanza de que por lo menos pueda lograrse esto, lo dejo a su destino.

John Nevil Maskelyne.

Egyptian Hall Londres, W.
Febrero, de 1894.


Notas:

1 Chicanería: embuste, triquiñuela, argucia.