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shellgame Espero que disfruteis de la lectura de la traducción que he hecho del "Sharp and flat" de John Nevil Maskelyne.

He liberado también todo el apartado de técnicas cartomágicas. Proximamente liberaré otras lecturas igual de interesantes para que continúeis profundizando en este apasionante mundo de la cartomagia y del tahurismo. Un abrazo.

                                                                      Antonio.

 

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CAPITULO VI, TECNICAS DE MANIPULACION.

Sutilezas

El salto

El puente

Anulación del corte:

 Consideraremos ahora los métodos empleados por el tahúr al manipular las cartas en su propio beneficio durante el proceso de mezcla y al impedir que sus planes se vean truncados por los inconvenientes que supone el que la baraja sea cortada por uno de sus contrincantes. Es obvio que por mucho cuidado que ponga en colocar los naipes, el corte de la baraja da al traste con sus planes. Por tanto, además de disponer de un método para buscar y colocar las cartas que desea, debe disponer de los medios para anular el corte. Hemos visto anteriormente como evita el tahúr este inconveniente mediante la dada inferior. A continuación, estudiaremos uno o dos métodos sencillos, aunque igualmente eficaces.

Supondremos por el momento que las cartas deseadas han sido colocadas en posición y que no han sido desordenadas por la mezcla. El tahúr deja la baraja sobre la mesa, su contrincante levanta la mitad superior de la misma y la deja cerca de la mitad inferior. Si todo fuera normal, el tahúr debe ahora coger el paquete inferior de la baraja y colocarlo sobre el que anteriormente al corte era el superior, cuadrar las cartas y comenzara repartir. De haberlo hecho así, las cartas que deseaba para sí mismo, están ahora en la mitad de la baraja, desperdiciándose todos los esfuerzos y molestias que se ha tomado para ello. De modo que está obligado a adoptar algunas medidas que dejen la baraja en su anterior estado, para conseguirlo dispone de varios métodos. El método más simple y descarado a pesar de lo cual pasará desapercibido en nueve de cada diez casos es el siguiente:

Sutilezas:

Habiéndose cortado la baraja en la forma habitual, estando ambas mitades una junto a la otra, el tahúr recoge con la mano derecha el paquete inferior como si fuera a colocarlo sobre el superior, pero en lugar de ello deliberadamente lo coloca en su mano izquierda, recoge a continuación la mitad superior y la coloca sobre el paquete que mantiene en la mano, quedando la baraja en su orden inicial. No existe más que desfachatez en este pase, y sin embargo casi siempre pasará desapercibido. Inténtelo la próxima vez que juegue a las cartas y vera que nadie se dará cuenta si se hace con aparente descuido. Aunque alguien pudiera darse cuenta de que la baraja está en el mismo orden que antes del corte, el tahúr siempre podrá disculparse por su aparente descuido y solicitar que la misma sea cortada de nuevo.

Otro método extremadamente simple es cruzar ambas manos, recogiendo la mitad de la baraja a la derecha con la mano izquierda y la mitad a la izquierda con la mano derecha. Se descruza entonces ambas manos y se recompone la baraja colocando los paquetes en su posición inicial. El cruce de manos confunde la mente del espectador que no sabe la mano que contiene la mitad de la baraja que debe ir a la parte superior. El espectador comprenderá fácilmente que este tipo de engaños tan descarados, abiertos y palpables son ejecutados por tahúres de categoría inferior. Un tahúr hábil despreciará estos métodos. Respecto a que método usar cada vez, dependerá en gran medida de la habilidad del tahúr y de la inteligencia del resto de jugadores. El empleo de trucos sencillos como estos en una partida de juego, en presencia de jugadores inteligentes tendrán éxito en contadas ocasiones, muy contadas ocasiones. Si los jugadores fueran inteligentes, el tahúr debiera serlo más. el chiste no tiene derechos de autor, pero sin embargo tiene su lógica.

El salto (2):

El salto que es la esencia de muchos trucos de cartas es otro medio de restablecer el orden de la baraja después de haberla cortado. Puesto que se explica en todos los libros sobre prestidigitación, lo veremos únicamente de un vistazo. Para una descripción más completa de esta técnica, el lector puede remitirse a los formidables tratados del profesor Hoffmann. Al hacer el salto las dos mitades de la baraja se recogen y colocan en la posición correcta que les corresponden después de haber cortado, aunque teniendo especial cuidado de conservar una pequeña separación entre ellas. Por ejemplo, se coloca la mitad inferior sobre la mitad superior de la baraja de forma correcta, estando ambas mitades sobre la mesa perfectamente cuadradas por su lateral largo, aunque desplazadas por su extremo corto, el paquete superior está desplazado aproximadamente 4 mm atrás. Se recoge la baraja y se coloca en la mano izquierda, y en el acto de cuadrar ambas mitades se inserta entre ellas el meñique izquierdo. Mientras tanto el tahúr involucra al resto de jugadores en una animada conversación. Justo antes de comenzar a repartir, aparentemente con el objetivo de cuadrar las cartas otra vez, cubre la baraja con su mano derecha, y en un instante los paquetes intercambian sus posiciones, la mitad que estaba en la parte superior de la baraja antes de ser cortada vuelve a ocupar esa posición.

El meñique izquierdo está colocado entre las dos mitades de la baraja. La mitad superior se sujeta con el meñique izquierdo por debajo y los restantes tres dedos de la mano izquierda por encima. La mitad inferior se sujeta por los extremos cortos por el pulgar y los demás dedos de la mano derecha. Abriendo ligeramente la mano izquierda y cerrando la derecha, las dos mitades se separan. invirtiendo inmediatamente el movimiento las dos mitades vuelven a reunirse con sus posiciones intercambiadas. El movimiento necesario para efectuar esta manobra queda disimulado por una ligera caída de las manos en el momento crítico. A esta técnica se la llama salto a dos manos, ya que ambas son necesarias en su ejecución.

Para el experto hay disponibles otras varias técnicas efectuadas a una sola mano, pero éstas son más difíciles de realizar correctamente y no pueden disimularse tan fácilmente. Si se usan deben acompañarse de un movimiento de la mano del ejecutante como apuntando a algo, o sacudiendo la muñeca como sacándola del puño de la camisa para dar libertad al brazo durante el reparto. La más simple de estas técnicas (3) se realiza sujetando la baraja entre el pulgar y los últimos tres dedos de la mano izquierda. Por el lado del pulgar se mantiene una ligera separación entre las dos mitades de la baraja. La mitad inferior de la baraja se deja caer en la palma de la mano izquierda, acercándola al pulgar con el dedo índice. La mitad superior queda ahora liberada y cae sobre los dedos que se extienden para recibirla. Finalmente se deja caer la mitad inferior sobre la superior restableciéndose el orden original. Por supuesto se requiere mucha práctica para realizar esta técnica con facilidad y rapidez.

Otro tipo de salto puede realizarse en la acción de colocar las cartas de la mano derecha a la mano izquierda. Una vez cortada la baraja se recompone y sujeta con la mano derecha, con la mitad superior de la baraja ligeramente avanzada y la mitad inferior pinzada en la junta del pulgar derecho. La mano izquierda en lugar de coger toda la baraja solo coge la mitad superior de la misma. La mano derecha al cuadrar la baraja deposita sobre la mitad superior, la mitad inferior.

Debe recordarse con insistencia al lector que es imposible realizar el salto sin que esta técnica sea detectada por un experto que sospeche. Incluso una ligera mirada a los movimientos del operador levantaría sospechas que no pueden ser fácilmente disipadas, se trata por tanto de una técnica peligrosa de realizar por el tahúr en cualquier momento. Es posible que la falta de atención del experto le impida ver que se ha hecho un salto, pero los movimientos necesarios son lo suficientemente indicativos de lo que está sucediendo para alguien que sepa de que va la cosa. En épocas pasadas el salto era autentico poder en manos del tahúr, pero actualmente por desgracia sólo es de uso ocasional, siendo el riesgo que conlleva muy pero que muy grande.

Otro método para anular el corte consiste en coger la mitad inferior de la baraja que debe colocarse sobre la superior pero que el tahúr desea que siga debajo, con el pulgar y los últimos tres dedos de la mano derecha, con el dedo índice doblado y apoyado sobre el dorso de la carta superior. Al levantar de este modo las cartas de la mesa, se sujetan ahora únicamente por el dedo índice y los otros tres dedos de la mano derecha, retirándose el dedo pulgar. La segunda mitad de la baraja se coge ahora entre el pulgar y el dedo índice, deslizando al mismo tiempo debajo las otras cartas en lugar de ocupar la posición superior tal y como les corresponde. Cuando se hace con rapidez y habilidad esta técnica es verdaderamente engañosa.

Mejor que recurrir a métodos que restauren el orden de la baraja una vez que se ha cortado, es preferible para el tahúr arreglar las cosas de tal modo que la acción de cortar lleve las cartas que desea que estén en la parte superior de la baraja a ese lugar. En una partida mano a mano manteniendo estrictamente vigilada la dirección de la mirada de su rival, puede encontrar oportunidades de realizar el salto. Pero en partidas con varias personas, seguro que al menos una de ellas está mirando la baraja, por lo que este método se vuelve demasiado arriesgado como para intentarlo. Por tanto, en casos similares al expuesto, el tahúr se esforzará en manipular la baraja de tal forma que el corte no sirva más que para eliminar de la parte superior, las cartas que se han colocado por encima de las que en realidad se necesitan.

El puente:

La técnica más usada para lograr este objetivo es la llamada puente. Esta estratagema arquitectónica consiste en doblar las dos mitades de la baraja en direcciones opuestas, o doblar una de las mitades y dejar la otra intacta, (figura 36). La técnica obtiene su nombre por la curvatura producida a la baraja al realizarla. en la ilustración las cartas que se desean estén en la parte superior son las rectas que ahora están en la parte inferior. Un jugador descuidado o poco alerta al cortar la baraja lo hará indudablemente por la mitad doblada, debido a la separación existente entre ella y la otra. Se hace por tanto innecesario el salto o cualquier otra técnica de este tipo. El tahúr ha forzado el corte. Considerando lo conocida que es la técnica del puente, es asombroso la frecuencia con que se obtiene éxito. De hecho, los jugadores no se lo esperan, pues asumen que están jugando con gente honesta y es precisamente en esta suposición en la que el tahúr en gran medida confía.

El puente es especialmente útil cuando se dispone de un compinche que corte la baraja, en ese caso no necesita ser tan arqueado, la más mínima curvatura es suficiente, ya que el compinche estará atento a cortar por el lugar adecuado. El puente hecho en el extremo corto de la baraja se abordará más adelante. Otras técnicas que permitan alcanzar el mismo objetivo se estudiarán en el capítulo sobre cartas preparadas.

Fig. 36

Notas:

2 John Nevil Maskelyne utiliza el término "pass" para referirse a la técnica del salto, aunque comúnmente en inglés también se le puede llamar "shift" u "hop".

3 Aunque Maskelyne no lo menciona, el salto a una mano, descrito en el párrafo es el salto Charlier que en la época del autor ya existía, además según escribió en 1912, conoció personalmente a Charlier y le vio ejecutar el salto.